viernes, 2 de octubre de 2015

EX MACHINA (Alex Garland, 2015)





LA SEDUCCION POR LAS MAQUINAS


El escritor y productor Alex garland (1970), guionista de películas memorables como “28 días después”,  “sunshine”  y  “Nunca me abandones”, es el responsable creativo, guionista y director debutante de “Ex Machina”, película que guarda cierta complicidad artística y temática con los anteriores títulos rescatando para sí lo mejor del género de ciencia ficción: su capacidad para impactar, buscar la reflexión y criticar la sociedad tan hermética y solitaria en la que vivimos.

Luego de ganar un concurso  para visitar un centro de investigación ubicado en una isla paradisiaca, Caleb (Domhnall Gleeson) conoce a Nathan (Oscar Isaac), CEO de su compañía y responsable de un programa de inteligencia artificial que lo mantiene aislado dentro de la isla. La misión de Caleb es examinar el comportamiento de  Ava (Alicia Vikander), un bello androide encerrado en la silueta de una joven y determinar si es capaz de razonar y tomar decisiones por sí misma, es decir, si puede convertirse en el primer prototipo de inteligencia artificial con forma humana. Durante los 7 días que dura la prueba, Nathan, Caleb, Ava y Kyoko (Sonoya Mizuno), un androide convertida en sirvienta, intentan llevar sus vidas en aparente calma y normalidad, dentro de un ambiente relajado,  con vistas fantásticas, lejos del bullicio y del mundo, un lugar que funciona como una especie de paraíso (atención con los simbolismos: “El Edén”, “el creador” y “Eva”), programado para facilitar el trabajo de Caleb y Nathan y satisfacer todas sus necesidades.




Es acá, donde nos convertimos en espectadores privilegiados (lo que se traduce en una de las grandes virtudes de la película). Todo lo que vemos nos seduce, nos atrae, nos conmueve y capta nuestra atención. Lo visual y lo sonoro se fusionan y cada plano adquiere valor y belleza, sobretodo, aquellos que nos muestran los acercamientos entre Caleb y Ava; los silencios, las miradas furtivas, la tensión sexual entre ambos (la dupla Deckard-Rachel de la genial Blade Runner nos viene a la mente) representan los momentos más sublimes y enigmáticos del filme.

A medida que avanza la historia, la trama se hace más interesante, compleja y misteriosa, surgen las intrigas y el relato se vuelve más intenso e impredecible, al punto de no darnos cuenta realmente quién examina a quién, si Caleb a Ava (como era su misión) o si Ava a Caleb (Ella  termina por establecer una relación tan íntima con El, que parece manipularlo y estudiarlo en todas su facetas y contradicciones), si Nathan a Caleb (hay discusiones muy interesantes que así lo confirman), o si Kyoko a Nathan (el final lo sugiere). Todo es tan relativo, desconcertante e incierto como la vida misma. 

El suspenso da paso al  drama y luego al thriller y los límites entre la realidad y la ficción se tornan muy difusos. Nunca sabemos si Ava en realidad es un androide capaz de sentir, razonar, seducir, etc.,  o si ha sido programada por Nathan para actuar de ese modo y engañar a Caleb y al resto. En una de las escenas cruciales, Nathan le confiesa a Caleb que ha usado todas las interacciones existentes de rostros, gestos, emociones, sentimientos, etc., para configurar la “conciencia” de Ava, lo que significa que su mente es una especie de amalgama de todos, una representación vívida del ser humano, lo que plantea varias interrogantes. Estamos ante una inteligencia superior?, el creador es absorbido por su creación ?, algún día seremos como Ava ¡?, etc., etc.   

Ex machina funciona también como una especie de fabula sobre la naturaleza del ser humano: su ego e inteligencia para crear, manipular y demostrar constantemente que es el centro del universo, al igual que su fragilidad y desconfianza frente al otro, la tecnología y todo lo que aún desconoce y teme. En este contexto y bajo los lineamientos de la película, la inteligencia humana (el hombre con todos sus defectos y virtudes) y la inteligencia artificial (representada por Ava y kyoko) se complementan y se visualizan como un espejo; el hombre “robotizado” sin propósitos ni fe se contempla a sí mismo en el androide capaz de pensar, seducir, soñar, aleccionar y superponer su realidad y sus intereses a los del resto.
Más allá de la filosofía y las profundas reflexiones que nacen y se sustentan en un magnífico guión son muchos los aciertos de la película, desde su ambientación llena de contrastes (lo artificial y lo natural en perfecta armonía), los climas, los colores y la estética (empezando por el diseño de Ava) hasta la fluidez del relato, los efectos y las brillantes actuaciones del trio protagonista, sobretodo, el de la actriz sueca A. Vikander, que combina a la perfección la delicadeza y la melancolía propia de una joven víctima, usada por una inteligencia “superior” con la frialdad y la astucia de un androide capaz de todo, un personaje que difícilmente olvidaremos.     
Ex Machina es una película “futurista” profundamente humana, técnicamente impecable,  reflexiva  y sobrecogedora. Uno de los mejores estrenos del 2015


EX MACHINA   TRAILER







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