jueves, 31 de marzo de 2016

THE ASSASSIN (Hou Hsiao-Hsien, 2015)




EL JARDIN DE LAS DELICIAS

En las postrimerías del siglo IX, una mujer educada para el combate y la muerte es enviada a asesinar a un señor, acto seguido, se inserta en el bosque, la luz ilumina las siluetas de los árboles y la figura de la protagonista se hace etérea, da un giro espectacular y ¡zas! el señor cae abatido, lentamente, mientras las hojas se agitan y la brisa crepuscular cierra la escena en un lujoso blanco y negro. La escena corresponde al inicio de The Assassin (Hou hsiao-Hsien, 2015), película que ganó el premio a la mejor dirección en la última edición del Festival de Cannes.





Desde un inicio el espectador se topa con una serie de imágenes que se dilatan en el tiempo como si se buscara una actitud contemplativa y serena frente al arte, la belleza y la vida. El director enarbola así el espíritu del neorrealismo italiano y la nouvelle vague francesa, cuyo sentido era el de experimentar el cine como un ejercicio de paciencia y meditación sobre lo que observamos y somos capaces de sentir. La búsqueda de dicha introspección debe producirnos un estado parecido al que sentimos en un museo; cada cuadro guarda un significado y requerimos toda la atención posible para estudiar los detalles, símbolos y texturas de cada imagen y relacionarlo todo.     


En la historia, Nie Yinniang (Shu Qi),  es una mujer alejada de su familia a muy temprana edad para formarse como una guerrera en una orden de asesinos dirigida por una monja (She Fang-Yi). Luego de fracasar en una misión, su maestra le confía la tarea de eliminar al señor Tian Jian (Chang Chen), actual gobernador de la provincia de Weibo quien es su primo y a quien fue prometida para casarse siendo apenas una adolescente. Así, el conflicto que subyace en la trama y que determinará el actuar de Nie Yinniang es elegir entre cumplir su misión o seguir su propio camino enfrentándose a todo.
The Assassin cubre una historia de amor y redención en medio del páramo, la montaña y el interior de los palacios imperiales que evocan la belleza y la nostalgia por un pasado de nobleza y heroísmo. Uno de los mayores aciertos de la película es justamente poder conectar con el espectador a través del poder visual de sus imágenes, tan poéticas y sublimes y la intensidad de una narración que parece perderse en el tiempo. La concisión y la sutileza del argumento al igual que la estética y el virtuosismo técnico son impecables (en medio de un paraje de ensueño y el cantar de los pájaros la maestra dice: “tu destreza no tiene rival pero tu mente es esclava de los sentimientos humanos” y luego, un largo  silencio completa la escena y terminamos transportados a otra dimensión). 

 
The assassin también trata sobre el amor y el honor. Nie Yinniang es una mujer tocada por los sentimientos; la culpa, la soledad, la fe, el amor, la rabia, todo a su alrededor parece conspirar contra ella y lo único que queda es luchar y seguir adelante. Cada plano es un acercamiento a su intimidad, a lo más recóndito que puede mostrar una mirada, un rostro o una silueta. Todo puede llegar a ser muy sugestivo y profundo. El preciosismo, el ritmo, los silencios contenidos en una secuencia le agregan vitalidad y gracia a una obra sumamente personal y libre.

 
Eso sí, la película no es nada complaciente y es muy exigente con el espectador al representar una historia que no entiende de pomposidad, efectos, acción trepidante y agilidad dramática. The assassin es todo lo contrario. Brilla por su naturalidad, simpleza, lentitud y poesía. En esta película el tiempo se desacelera, los rostros son inexpresivos y los sonidos corresponden al viento, a los cuerpos luchando entre sí, etc., todo es muy simple aunque armonioso y atractivo. Las tomas dentro del palacio donde todo transcurre con una extraña normalidad y sosiego representan el poder y el lujo de una época mientras la libertad, la exaltación y la rebeldía se visualizan a través de los planos generales del bosque y el campo, el ruido de las hojas y  el movimiento de las nubes; paisajes de ensueños donde afloran la serenidad, la reflexión y la paz.  







Hay un cuidado muy rigurosos de las imágenes. Desde la cadencia de una cantante tocando un instrumento hasta las magnificas escenas de peleas de Nie Yinniang pasando por el devenir de un señor herido dentro de una cueva, todas, dejan huella. Cabe resaltar que esta película se nutre de una rica tradición dentro del cine de género wuxia, aquel que hace referencia a las películas chinas de artes marciales y heroísmo y que tiene películas tan representativas como El tigre y el dragón (Ang Lee, 2000) y la trilogía de Zhang Yimou: Héroe (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) y la maldición de la flor dorada (2006)

The assassin es una de las películas más esplendorosas del 2015. Está llena de fuerza, serenidad y belleza. Hay que verla con paciencia y recogimiento, sobretodo, convencidos de que lo más valioso y hermoso es efímero pero capaz de sacudir nuestros sentidos. Toda una obra maestra.    


THE ASSASSIN   TRAILER





sábado, 19 de marzo de 2016

ENEMY (Denis Villeneuve, 2013)


“El caos es un orden sin descifrar” (José Saramago)




 LA TORTURA DEL HOMBRE COMUN

El director canadiense Denis Villeneuve dirige Enemy, versión en filme de la novela del gran escritor José Saramago: “El hombre duplicado”. Si esto debiera ser suficiente para concitar el mayor interés del espectador, más aún cuando ya hubo un intento fallido de llevar a la pantalla una de las mejores novelas escritas en español del mismo autor: “Ensayo sobre la ceguera” a través de su adaptación cinematográfica, “Blindness” (F. Meirelles, 2008), se suma el hecho de que D. Villeneuve es el responsable de uno de los mejores thrillers sicológicos del presente siglo presentado coincidentemente en el mismo año: Prisoners (2013).

Desde la escena inicial el director es capaz de exteriorizar todo el cúmulo de sensaciones, sentimientos e ideas que se desarrollan en la película. En los primeros minutos de la película, un grupo de hombres observan atentamente a una mujer masturbándose mientras otras dos se desnudan y dejan una bandeja en el suelo de la que sale una tarántula y los ojos de nuestro protagonista se empiezan a cubrir y a cerrar para no observar la escena. ¿El protagonista ya lo vio todo?, lo más sórdido y sufrible y la escena le aburre ó ¿es incapaz de ver lo que sigue? y la escena le espanta. Este tipo de dicotomías están presentes en toda la historia.  

Adam Bell (Jake Gyllenhaal) es un profesor universitario que tiene una vida monótona y vacía, sólo le complace sus encuentros sexuales con su amante ocasional Mary (Mélanie Laurent) con la que apenas cruza un par de palabras. Al parecer, Adam esta angustiado por algo que no le deja vivir tranquilamente. Luego de ver una película, conoce a Anthony Claire (J. Gyllenhaal), un actor idéntico a él. A partir de ese momento, Adam se obsesiona con el hecho de conocer a su doble y poder resolver sus dudas, dramas y carencias. Todo lo que sigue trata de responder a la pregunta: ¿quién es Adam Bell?. Anthony, por otra parte, es un actor venido a menos que vive con su esposa Helen (Sarah Gadon) y trata de aprovecharse de la situación tomando el lugar de su doble. A partir de un encuentro casual con Adam, Helen comienza a sospechar de Anthony; ¿quién es en verdad? y ¿por qué todo parece tan extraño e incierto?

Enemy nos presenta desde un comienzo un juego de roles de identidad con la finalidad de descubrir quién es el gran protagonista de esta historia: Adam,  Anthony o acaso, algo más trascendental. Todo funciona como un rompecabezas que hay que armar a través de la mirada introspectiva y la angustia existencial de un personaje que parece desaparecer por ratos y mutar en algo que ni el mismo es capaz de entender. Por eso, el relato es narrado con un cuidado milimétrico de los detalles, desde la fotografía con esos exteriores de color plomo que aluden a la polución y a la postmodernidad, los tonos ocres y amarillentos que crean climas sofocantes y toda esa atmósfera enrarecida y gris que expresa turbiedad y angustia pasando por el desarrollo de la historia; la secuencia de imágenes seductoras que sigue un orden preciso y lineal para crear un clima de constante intriga y suspenso.





En esta película sobresale el poder de los planos que siguen al protagonista desde atrás como si fuera una marioneta del destino, sobretodo, aquellas escenas impactantes que desconciertan desde el inicio y sirven para reiniciar la historia desde otra perspectiva o ángulo que nos permita ver y entender con mayor claridad qué es lo que estamos viendo, justamente en ello radica lo más atractivo de la película: su capacidad para distorsionar la realidad y la mente del espectador y extraer todas las conclusiones y las lecturas posibles que puedan explicar lo que de por sí parece algo inexplicable. 

El drama que nos muestra la película es el mismo drama del hombre común que llega a cierta edad y no sabe aún quién es o qué es capaz de hacer o si todo lo que hizo sirvió de algo, etc. y luego se refugia en el vicio o el conformismo. Al parecer, todo esto es lo que siente desde un inicio el personaje de Adam, magníficamente interpretado por Jake  Gyllenhaal, un actor que se ubica entre los mejores de su generación y que tiene un talento enorme para crear personajes difíciles, retorcidos y únicos a través de sus filmes; Zodiac, Brothers, Ocho minutos antes de morir, Donnie Darko, Brokeback Mountain, Prisioners, Primicia Mortal, etc, son sólo algunos ejemplos. En esta película su actuación es tan verídica que cuesta diferenciar a ambos personajes y eso también es una de las cualidades más interesantes del filme ya que el juego de roles se hace más intenso y claustrofóbico.
Hay muchas frases memorables que sirven para introducirnos en el tema de la opresión, la libertad y la identidad y nos dan algunas luces para resolver el enigma que se desarrolla en la historia En una escena de la película Adam comenta: “es un acto de memoria creativa recordar algo, recordar a alguien que es una especie de aproximación porque el recuerdo siempre esta coloreado por las emociones”, una de las mejores frases que funciona como una premonición y una base de partida para entender, perdón, para interpretar la película desde nuestra propia lógica;  todo no es más que  una aproximación a la realidad. Si la película es un ejercicio mental  de unir piezas a partir de los recuerdos (las imágenes que quedan en nuestro cerebro) es indiscutible que nuestras emociones son las que encajan las piezas y por ende el hilo argumental de toda la historia. De esta manera, el principio y el final tan abierto y complejo de la película no son más que el verdadero inicio de lo que vendrá después: cómo interpreto la historia según las emociones de Adam, Anthony y mis propias emociones.

Se puede reconocer en Enemy influencias de Lynch y Cronemberg los grandes maestros de lo ambiguo y surreal. Las múltiples escenas de Adam frente al espejo hacen presagiar la contrariedad de este personaje al tratar de definirse y definir su rumbo, como si estuviera atrapado al otro lado de la realidad (Videodrome) o la escena final que nos remite al inicio, Adam lleva una llave negra que de alguna manera podría servir para entrar a su subconsciente ahí donde sus miedos y represiones parecen cercarlo y dar paso a su verdadera personalidad (Mullholland Drive)

Enemy es una película potente, hipnótica, tensa, nada condescendiente, que requiere ser vista con atención, paciencia y la convicción de que todo es fascinantemente indescifrable. Una de las mejores películas de “suspenso” de todos los tiempos.


ENEMY   TRAILER




viernes, 11 de marzo de 2016

IT FOLLOWS (David Robert Mitchell, 2014)






REDESCUBRIENDO EL CINE DE TERROR

En medio del escenario actual para el cine de terror dominado por el mainstream, es decir, las continuas secuelas y reebots de películas en el ámbito del terror y el gore, es muy saludable ver una propuesta distinta y que al mismo tiempo revitaliza lo mejor del cine de horror de los ochenta. It Follows (Está detrás de ti) es una película que se enmarca dentro de la tradición de grandes clásicos del terror y suspenso cuya esencia está en la simpleza de los efectos y la contundencia de una trama provista de elementos claves como el sonido, los ángulos de cámara, la ambientación atemporal, los planos externos y largos, la candidez de sus personajes y la naturalidad de una historia que fluye sin tropiezos y es capaz de producir miedo y suspenso desde lo más cotidiano. 

La joven protagonista, Jay (Maika Monroe), es una adolescente que está pasando por toda la fase del enamoramiento y la primera vez sin presagiar todo lo que puede suceder a raíz de su primera cita. Luego de tener sexo con su novio, éste le transmite una maldición que le hace ver entidades malévolas que le atormentan constantemente. Junto a su grupo de amigos logran encontrar a su ex quien les confiesa que la única manera de salvarse es “pasar” la maldición a otro  a través del sexo. A partir de este momento, Jay y su grupo, deciden huir y esperar al espectro a costa de lo poco que tienen y a la falta de ideas.   


Desde lo impactante de la escena inicial el espectador es testigo del terror más extraño y desconcertante que puede verse a través del delirio persecutorio de una adolescente que se refugia en la playa. Luego de eso, la tranquilidad de todo el conjunto se transforma en algo confuso e inquietante que empieza a marcar a cada uno de los protagonistas. El ritmo de la película es pausado justamente para concentrarnos en los detalles y adentrarnos en la trama con el suficiente interés para hacer auténtico todo lo que vemos y sentimos. La película se vale de insumos muy básicos como la música que se escucha a través de los sonidos punzantes, aislados y muy característicos sobre todo en las escenas premonitorias o los maravillosos travellings que siguen a Jay y que nos dan un punto de vista privilegiado para entender la tragedia de una adolescente genialmente interpretada por Maika Monroe cuya personificación logra envolvernos en todo esa aura de misterio y fragilidad explícita y cuya mirada introspectiva funciona por sí sola como un leimotiv durante toda la historia.


Hay que señalar que a diferencia de otras películas que sobresalen por los efectos y la teatralidad, It follows es una película que se distingue por su eficacia, su sobriedad y su ritmo. Hay momentos de terror claves aunque lo más llamativo es la fluidez, el suspenso y las atmósferas que crean la angustia perfecta. Por otro lado, It follows es también una película de adolescentes hecha por adultos con la finalidad de entender los miedos y dilemas propias de esta etapa. Adolescentes tan puros que se ayudan entre si y toman como suyo la tragedia de uno pero que pueden equivocarse e ignorar qué hacer en momentos decisivos, cada paso es una experiencia más y la capacidad de sobrevivencia de todos se pone de manifiesto en cada minuto. 


En la película RINGU 0 (Noroi Tsuruta, 2000), inicio de la famosa saga de El Aro, la protagonista principal, Sadako Yamamura, es una extraña joven casi adolescente de aspecto frágil, introvertida y que tiene una de las miradas más furtivas del cine, casi idéntica al personaje de Jay, quien igualmente tiene que lidiar con una maldición. En ambas películas el personaje central es una hermosa joven víctima del destino que la pone a prueba y que tiene que luchar con los miedos más recónditos. El personaje de Jay es la base sobre la que se construye la trama de la película. 
Si bien se le puede reclamar a It Follows ser más oscura y menos densa, no se puede negar su impecable factura técnica y el tratamiento visual de sus imágenes que hacen de la película una obra estilizada, desconcertante y bella. Una pequeña joya dentro del cine de terror de los últimos años


IT FOLLOWS  TRAILER