sábado, 23 de mayo de 2015

THE PERKS OF BEING A WALLFLOWER (Stephen Chbosky, 2012)

 

 

LA ETERNA JUVENTUD

Aunque la traducción literal de la obra: The perks of Being a Wallflower, sea poco llamativa (algo así como “las ventajas de ser tímido” ó “invisible”, en versión filme), se trata de uno de los títulos más interesantes de la actualidad al retratar con total realismo, nostalgia y poesía la marginalidad y soledad de un adolescente dentro de su grupo y cómo es capaz de sobrellevar los tormentosos vaivenes propios de su edad que le desafían constantemente. La película es una adaptación del libro del mismo nombre del escritor Stephen Chbosky, uno de los pocos casos de autor-director con éxito, siendo capaz de imprimir en la pantalla toda la sensibilidad y el drama de su propio libro. Quizá, un ejemplo en las antípodas en tema y forma sea “las noches salvajes” de Cyrill Collard, película de culto en la que el escritor francés dirige y actúa en la propia versión de su libro que retrata con crudeza su condición de seropositivo y su continuo camino hacia la autodestrucción. Otro ejemplo en la misma linea es "Hellraiser" del genial Clive Barker, autor y director de su propia novela convertida en un clásico del horror y en una saga con más de 8 secuelas. 
La historia comienza cuando Charlie (Logan Lerman) está escribiendo una carta a alguien que no conocemos contándole el inicio de su primer año de preparatoria y todas las dudas y las angustias que le provoca esta nueva etapa en su vida. La razón de ello es que Charlie es un solitario en potencia, muy listo, aunque muy reservado y pensativo; un chico de esos que no tiene amigos (su mejor amigo falleció el año pasado) y se refugia en la música, los libros y los extraños recuerdos de una tía muy querida que le marcó de niño. La mente inaccesible de Charlie y su personalidad distante le otorgan un aura de misterio y nostalgia, un elemento crucial que trasciende y se mantiene durante toda la trama.

Charlie conoce a Patrick (Ezra Miller) y Sam (Emma Watson), una pareja de hermanastros que viven la vida al máximo y disfrutan de los amigos y las fiestas. El magnetismo de ambos es avasallador y Charlie se ve rápidamente atrapado en un círculo de amistad y fraternidad que nunca había experimentado. La elocuencia de Patrick (un brillante Ezra Miller) y la dulzura de Sam (una magnífica Emma Watson) hacen que Charlie se sienta aceptado (quizá, por primera vez) y parte de algo importante y valioso; una nueva familia representada por un grupo de adolescentes delicados, sensibles, rebeldes y ansiosos por vivir nuevas experiencias. Pero no todo es felicidad. La vida también es sufrimiento y pena y Charlie lo manifiesta enamorándose de Sam, quien lo trata con cariño y familiaridad, como el hermano serio e introvertido que no tiene, a quien puede contarle todo. Charlie es incapaz de declararse a Sam, es más, tiene que pasar por el suplicio de verla con otro, haciéndose realidad una de las frases capitales de la película: “aceptamos el amor que creemos merecer”
También está el profesor de literatura, Mr Anderson (Paul Rudd) quien se vuelve una especie de mentor de Charlie, orientándolo y recomendándole libros. La enamorada de Charlie, Mary Elizabeth (Mae Whitman), una amiga del grupo practicante del budismo y controladora, cuya relación es clave para que afloren los  verdaderos sentimientos de Charlie hacia Sam. Todos los actores lucen fantásticos en sus respectivos papeles, sobretodo, Ezra Miller quien es el alma de la película y representa el lado más insolente y cómico, aunque también el más vulnerable de toda la historia, muy útil para aligerar el drama y el suspenso. No podemos dejar de lado la música. Una película de adolescentes no sería la misma sin una buena colección de temas musicales que reflejen la celebración y la libertad en todas sus variantes. Primero, un sutil aunque reiterativo homenaje al clásico “The Rocky Horror Picture Show”; el desenfreno del aclamado musical  va de la mano con el clima de efervescencia y descontrol propia del aprendizaje juvenil. Segundo, un BSO de lujo, sobretodo, para un amante de la música de los 80s y 90s con temas de grupos consagrados como The Smiths, New order, Sonic Youth, Cocteau Twins, David Bowie, entre otros.
  
The perks of Being a Wallflower es un retrato lúcido, mesurado y conmovedor sobre el mundo estudiantil, que tras su apariencia de sencillez y nostalgia encierra todo un drama adolecente enfocado con soltura y gracia. Los personajes se tornan universales y los temas que toca son variados y serios, nada exclusivos de la juventud: la homosexualidad, la discriminación, el bulling, las drogas, etc. En suma, una película entrañable para todos los públicos, cuyos discursos e imágenes se harán perdurables en el tiempo, heredera de clásicos como “El club de los cinco”, “la chica de rosa”, “la sociedad de los poetas muertos”, “Fucking Amal”, entre otros.


THE PERKS OF BEING A WALLFLOWER   - ESCENA DEL TÚNEL






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