UNA ODISEA DE LOS SENTIMIENTOS
En 1968 se estrenó “2001 Odisea del espacio”, la película
de ciencia ficción más importante de todos los tiempos que impresionó al mundo por
mostrar un alto desarrollo técnico en efectos visuales y sonoros, describir de
la manera más realista y desoladora la experiencia de un viaje espacial y
sobretodo, por fomentar un sinfín de debates en cuanto a los temas filosóficos
y científicos presentes en la historia incluyendo su inexplicable final en
relación al espacio-tiempo, el hombre y el universo. En suma, un filme que se
adelantó a su época e inspiró a toda una generación de artistas, científicos,
narradores, músicos, técnicos y
cineastas en la temática de la exploración espacial.
Irónicamente, 2001 fue
criticada e incomprendida en sus inicios siendo tachada de abstracta y muy
pretenciosa y sólo se alzó con el Oscar a mejores efectos visuales en los
premios de la academia. 47 años después,
otra gran película de ciencia ficción, calificada de confusa y presuntuosa logra
ganar un único premio en la misma categoría. Es el caso de Interstellar de C.
Nolan, uno de los mejores directores de la actualidad y autor de películas
memorables como Memento, El origen y la trilogía de Batman, el caballero de la
noche.
La trama de interstellar
se sitúa en un presente caótico donde el planeta se hace cada vez más
inhabitable por la contaminación y las plagas que han destruido las cosechas y
consumen el poco oxígeno que queda en la Tierra. En medio de esta fatalidad vive
Cooper, un piloto retirado, ingeniero
y granjero, dedicado al cuidado de sus hijos, Tom y Murphy, con
quienes mantiene una relación muy especial desde la muerte de su esposa. Luego
de descubrir una base secreta de la Nasa, Cooper decide aceptar la misión de partir
hacia nuevos mundos que sean habitables con la esperanza de salvar a su familia.
Se inicia así, una odisea interestelar marcada por la angustia, la pena, el remordimiento,
la soledad, la fe y el amor.
La película se
divide en tres partes. La parte inicial que es una fase de exploración de los
personajes y de los sentimientos de estos que sirven de base para entender toda
la trama. Nos ofrece en casi 30 minutos un amplio y emotivo panorama del
ambiente familiar y los lazos tan afectivos y profundos que rodean a Cooper, un
personaje taciturno, nostálgico, que resume en su dura mirada la resignación
por un mundo que va camino a la destrucción y lo único que lo mantiene atado a la
tierra es el vínculo familiar con sus hijos, sobretodo, con Murphy, la niña que
ve “fantasmas” y que es regañada por su maestra por creer en la veracidad y
utilidad de los viajes espaciales. La comunicación con Murphy es crucial para
entender el desarrollo de toda la historia y abre una dimensión única e
irrepetible en toda la película.
La segunda parte
corresponde a la exploración espacial. Cooper y un grupo de astronautas tienen
la misión de llegar a Saturno donde han descubierto un agujero de gusano que
puede servir de puente para explorar 12 exoplanetas con características
similares a los de la Tierra suficientes para desarrollar vida. El responsable
del proyecto es el Dr. Brand quien trata
de resolver la fórmula que le permita controlar la gravedad y hacer posible los
viajes tripulados a uno de estos mundos. La descripción del espacio y de la
compleja relación entre los científicos que viajan acoplados a una estación
circular es uno de los grandes logros de la película. Todos son capaces de
transmitir fehacientemente el compromiso ineludible de prolongar la especie
aunque sea a costa de sus propias vidas con toda la carga de angustia y coraje
que acarrea ello. La experiencia audiovisual es fascinante y pausada, el
espacio ingrávido cobra un protagonismo sustancial per se y es un claro reflejo del carácter emotivo que rodea toda la
historia. El silencio, la oscuridad, el abatimiento
sicológico, etc. llevan el sello inconfundible de un C. Nolan enorme e inmerso
tanto en los increíbles planos que nos alejan cada vez más de la tierra y nos
acercan cada vez más al universo espiritual de cada uno de sus protagonistas.
En ese sentido, quizá Interstellar sea una de las películas más realistas
dentro del cine de ciencia ficción
A estas alturas, la
actuación de M. McConaughey como
Cooper es magistral. Un personaje difícil que tiene que lidiar entre la
tristeza y el dolor por estar ausente durante la mayor parte de la vida de sus
hijos e ignorar completamente si volverá a ver a su familia, sus amigos o al
planeta que progresivamente desaparece ante sus ojos. El personaje de cooper lleva
un viaje interior propio que se torna ambiguo, lúgubre aunque con algunas
luces. Los momentos de tensión con la doctora Amelia Brand o con el Dr.
Mann son los más reveladores; a pesar de estar a millones de km de la
tierra, la humanidad de los personajes es latente.
La tercera y última
parte es quizá la más emocionante e
introspectiva, propia del cine de Nolan, como el final de “El origen” donde el
protagonista principal lucha por no sucumbir y quedar atrapado en uno de los
niveles del sueño que es su realidad y cuya dimensión temporal podría destruir
su mente confundiendo lo real con lo irreal, el recuerdo de un amor con la
mujer que amó. En esta parte, Cooper
lucha contra sí y contra los recuerdos de Murphy para tratar de salvar el
destino de la humanidad a través de un espacio-tiempo con múltiples dimensiones
donde las emociones pueden fluir más deprisa que la velocidad de la luz. Realidad
virtual, ensoñación, mundos paralelos, dimensiones espaciales, etc.; los temas
que le fascinan a Nolan son los más enrevesados para el espectador quien
precisa de toda la paciencia y atención para captar los detalles y la belleza
de las imágenes, los colores, las sensaciones y el cúmulo de emociones que estas
producen.
C. Nolan se vale de
todo el despliegue técnico y argumental, que, aunque trata de enlazar conceptos
y realidades complejas y distantes, con todas las inexactitudes que pueda tener,
el resultado es verosímil ya que el guion se sostiene más en los personajes, el
suspenso y el drama que en los efectos y la veracidad científica de los
acontecimientos de la ficción. Cabe resaltar por igual la simplicidad y
efectividad de la música (espectacular BSO de H. Zimmer) para conmover y aligerar la tensión y la
presencia de personajes claves como el de la Dra. Brand (excelente Anne
Hathaway) o los robots móviles con sentido del humor, que son toda una
sensación.
La reseña inicial
sobre la importancia capital de 2001 no es gratuita ya que son evidentes las
claras referencias cinematográficas a la monumental obra de Kubrick, desde la
transversalidad de los temas que aborda hasta lo incierto de los planos e imágenes finales pasando por algunos trazos musicales que se asemejan al “así
habló Zaratustra”. El mismo C. Nolan ha confesado su profunda admiración por la
película y el cine de Kubrick.
Interstellar es una
gran película de ciencia ficción que merece verse con calma y con una curiosidad constante
por conocer el universo y lo que nos depara el futuro, a la vez, funciona como una búsqueda interior de uno mismo: cuánto heroísmo y pasión podemos contener e irradiar al mundo. Una exploración sobre las posibilidades de
escapar hacia mundos desconocidos, conservando y protegiendo el sentimiento más
auténticamente humano de todos: el amor, que como dice la Dra. Brand: “es lo
único que trasciende el tiempo y el espacio”.
INTERSTELLAR TRAILER
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