sábado, 9 de mayo de 2015

INTERSTELLAR (C. Nolan, 2014)




UNA ODISEA DE LOS SENTIMIENTOS

En 1968 se estrenó “2001 Odisea del espacio”, la película de ciencia ficción más importante de todos los tiempos que impresionó al mundo por mostrar un alto desarrollo técnico en efectos visuales y sonoros, describir de la manera más realista y desoladora la experiencia de un viaje espacial y sobretodo, por fomentar un sinfín de debates en cuanto a los temas filosóficos y científicos presentes en la historia incluyendo su inexplicable final en relación al espacio-tiempo, el hombre y el universo. En suma, un filme que se adelantó a su época e inspiró a toda una generación de artistas, científicos, narradores, músicos,  técnicos y cineastas en la temática de la exploración espacial.

Irónicamente, 2001 fue criticada e incomprendida en sus inicios siendo tachada de abstracta y muy pretenciosa y sólo se alzó con el Oscar a mejores efectos visuales en los premios de la academia.  47 años después, otra gran película de ciencia ficción, calificada de confusa y presuntuosa logra ganar un único premio en la misma categoría. Es el caso de Interstellar de C. Nolan, uno de los mejores directores de la actualidad y autor de películas memorables como Memento, El origen y la trilogía de Batman, el caballero de la noche.





La trama de interstellar se sitúa en un presente caótico donde el planeta se hace cada vez más inhabitable por la contaminación y las plagas que han destruido las cosechas y consumen el poco oxígeno que queda en la Tierra. En medio de esta fatalidad vive Cooper, un piloto retirado, ingeniero y granjero, dedicado al cuidado de sus hijos, Tom y Murphy, con quienes mantiene una relación muy especial desde la muerte de su esposa. Luego de descubrir una base secreta de la Nasa, Cooper decide aceptar la misión de partir hacia nuevos mundos que sean habitables con la esperanza de salvar a su familia. Se inicia así, una odisea interestelar marcada por la angustia, la pena, el remordimiento, la soledad, la fe y el amor.
La película se divide en tres partes. La parte inicial que es una fase de exploración de los personajes y de los sentimientos de estos que sirven de base para entender toda la trama. Nos ofrece en casi 30 minutos un amplio y emotivo panorama del ambiente familiar y los lazos tan afectivos y profundos que rodean a Cooper, un personaje taciturno, nostálgico, que resume en su dura mirada la resignación por un mundo que va camino a la destrucción y lo único que lo mantiene atado a la tierra es el vínculo familiar con sus hijos, sobretodo, con Murphy, la niña que ve “fantasmas” y que es regañada por su maestra por creer en la veracidad y utilidad de los viajes espaciales. La comunicación con Murphy es crucial para entender el desarrollo de toda la historia y abre una dimensión única e irrepetible en toda la película.




La segunda parte corresponde a la exploración espacial. Cooper y un grupo de astronautas tienen la misión de llegar a Saturno donde han descubierto un agujero de gusano que puede servir de puente para explorar 12 exoplanetas con características similares a los de la Tierra suficientes para desarrollar vida. El responsable del proyecto es el Dr. Brand quien trata de resolver la fórmula que le permita controlar la gravedad y hacer posible los viajes tripulados a uno de estos mundos. La descripción del espacio y de la compleja relación entre los científicos que viajan acoplados a una estación circular es uno de los grandes logros de la película. Todos son capaces de transmitir fehacientemente el compromiso ineludible de prolongar la especie aunque sea a costa de sus propias vidas con toda la carga de angustia y coraje que acarrea ello. La experiencia audiovisual es fascinante y pausada, el espacio ingrávido cobra un protagonismo sustancial per se y es un claro reflejo del carácter emotivo que rodea toda la historia. El silencio, la oscuridad, el abatimiento sicológico, etc. llevan el sello inconfundible de un C. Nolan enorme e inmerso tanto en los increíbles planos que nos alejan cada vez más de la tierra y nos acercan cada vez más al universo espiritual de cada uno de sus protagonistas. En ese sentido, quizá Interstellar sea una de las películas más realistas dentro del cine de ciencia ficción 


       

A estas alturas, la actuación de M. McConaughey como Cooper es magistral. Un personaje difícil que tiene que lidiar entre la tristeza y el dolor por estar ausente durante la mayor parte de la vida de sus hijos e ignorar completamente si volverá a ver a su familia, sus amigos o al planeta que progresivamente desaparece ante sus ojos. El personaje de cooper lleva un viaje interior propio que se torna ambiguo, lúgubre aunque con algunas luces. Los momentos de tensión con la doctora Amelia Brand o con el Dr. Mann son los más  reveladores;  a pesar de estar a millones de km de la tierra, la humanidad de los personajes es latente.

La tercera y última parte es quizá la más  emocionante e introspectiva, propia del cine de Nolan, como el final de “El origen” donde el protagonista principal lucha por no sucumbir y quedar atrapado en uno de los niveles del sueño que es su realidad y cuya dimensión temporal podría destruir su mente confundiendo lo real con lo irreal, el recuerdo de un amor con la mujer que amó. En esta parte, Cooper lucha contra sí y contra los recuerdos de Murphy para tratar de salvar el destino de la humanidad a través de un espacio-tiempo con múltiples dimensiones donde las emociones pueden fluir más deprisa que la velocidad de la luz. Realidad virtual, ensoñación, mundos paralelos, dimensiones espaciales, etc.; los temas que le fascinan a Nolan son los más enrevesados para el espectador quien precisa de toda la paciencia y atención para captar los detalles y la belleza de las imágenes, los colores, las sensaciones y el cúmulo de emociones que estas producen.





C. Nolan se vale de todo el despliegue técnico y argumental, que, aunque trata de enlazar conceptos y realidades complejas y distantes, con todas las inexactitudes que pueda tener, el resultado es verosímil ya que el guion se sostiene más en los personajes, el suspenso y el drama que en los efectos y la veracidad científica de los acontecimientos de la ficción. Cabe resaltar por igual la simplicidad y efectividad de la música (espectacular BSO de H. Zimmer)  para conmover y aligerar la tensión y la presencia de personajes claves como el de la Dra. Brand (excelente Anne Hathaway) o los robots móviles con sentido del humor, que son toda una sensación.

La reseña inicial sobre la importancia capital de 2001 no es gratuita ya que son evidentes las claras referencias cinematográficas a la monumental obra de Kubrick, desde la transversalidad de los temas que aborda hasta lo incierto de los planos e imágenes finales pasando por algunos trazos musicales que se asemejan al “así habló Zaratustra”. El mismo C. Nolan ha confesado su profunda admiración por la película y el cine de Kubrick.




Interstellar es una gran película de ciencia ficción que merece verse con calma y con una curiosidad constante por conocer el universo y  lo que nos depara el futuro, a la vez, funciona como una búsqueda interior de uno mismo: cuánto heroísmo y pasión podemos contener e irradiar al mundo. Una exploración sobre las posibilidades de escapar hacia mundos desconocidos, conservando y protegiendo el sentimiento más auténticamente humano de todos: el amor, que como dice la Dra. Brand: “es lo único que trasciende el tiempo y el espacio”.


INTERSTELLAR   TRAILER




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