LA ETERNA JUVENTUD
Aunque la
traducción literal de la obra: The perks
of Being a Wallflower, sea poco llamativa (algo así como “las ventajas de ser tímido” ó “invisible”,
en versión filme), se trata de uno de los títulos más interesantes de la
actualidad al retratar con total realismo, nostalgia y poesía la
marginalidad y soledad de un adolescente dentro de su grupo y cómo es capaz de sobrellevar
los tormentosos vaivenes propios de su edad que le desafían constantemente. La película es una adaptación del libro del mismo nombre del
escritor Stephen Chbosky, uno de los
pocos casos de autor-director con éxito, siendo capaz de imprimir en la
pantalla toda la sensibilidad y el drama de su propio libro. Quizá, un ejemplo
en las antípodas en tema y forma sea “las noches salvajes” de Cyrill Collard, película de culto en la
que el escritor francés dirige y actúa en la propia versión de su libro que
retrata con crudeza su condición de seropositivo y su continuo camino
hacia la autodestrucción. Otro ejemplo en la misma linea es "Hellraiser" del genial Clive Barker, autor y director de su propia novela convertida en un clásico del horror y en una saga con más de 8 secuelas.
La historia
comienza cuando Charlie (Logan Lerman)
está escribiendo una carta a alguien que no conocemos contándole el inicio de
su primer año de preparatoria y todas las dudas y las angustias que le provoca
esta nueva etapa en su vida. La razón de ello es que Charlie es un solitario en
potencia, muy listo, aunque muy reservado y pensativo; un chico de esos que no
tiene amigos (su mejor amigo falleció el año pasado) y se refugia en la música,
los libros y los extraños recuerdos de una tía muy querida que le marcó de niño.
La mente inaccesible de Charlie y su
personalidad distante le otorgan un aura de misterio y nostalgia, un elemento
crucial que trasciende y se mantiene durante toda la trama.
Charlie conoce a Patrick (Ezra Miller) y Sam
(Emma Watson), una pareja de hermanastros que viven la vida al máximo y
disfrutan de los amigos y las fiestas. El magnetismo de ambos es avasallador y
Charlie se ve rápidamente atrapado en un círculo de amistad y fraternidad que
nunca había experimentado. La elocuencia de Patrick (un brillante Ezra Miller) y
la dulzura de Sam (una magnífica Emma Watson) hacen que Charlie se sienta
aceptado (quizá, por primera vez) y parte de algo importante y valioso; una nueva familia representada
por un grupo de adolescentes delicados, sensibles, rebeldes y ansiosos por
vivir nuevas experiencias. Pero no todo es felicidad. La vida también es sufrimiento
y pena y Charlie lo manifiesta enamorándose de Sam, quien lo trata con cariño y
familiaridad, como el hermano serio e introvertido que no tiene, a quien puede
contarle todo. Charlie es incapaz de declararse a Sam, es
más, tiene que pasar por el suplicio de verla con otro, haciéndose realidad una
de las frases capitales de la película: “aceptamos
el amor que creemos merecer”
También está el
profesor de literatura, Mr Anderson (Paul Rudd) quien se vuelve una especie
de mentor de Charlie, orientándolo y recomendándole libros. La enamorada de
Charlie, Mary Elizabeth (Mae Whitman),
una amiga del grupo practicante del budismo y controladora, cuya relación es clave
para que afloren los verdaderos
sentimientos de Charlie hacia Sam. Todos los actores lucen fantásticos en sus respectivos papeles, sobretodo, Ezra Miller quien es el alma de la
película y representa el lado más insolente y cómico, aunque también el más vulnerable de toda la historia, muy útil para aligerar el
drama y el suspenso. No podemos dejar de lado la música. Una película de
adolescentes no sería la misma sin una buena colección de temas musicales que
reflejen la celebración y la libertad en todas sus variantes. Primero,
un sutil aunque reiterativo homenaje al clásico “The Rocky Horror Picture Show”; el desenfreno del aclamado
musical va de la mano con el clima de
efervescencia y descontrol propia del aprendizaje juvenil. Segundo, un BSO de
lujo, sobretodo, para un amante de la música de los 80s y 90s con temas de
grupos consagrados como The Smiths, New order, Sonic Youth, Cocteau Twins, David Bowie, entre otros.
The perks of Being a Wallflower es un retrato lúcido, mesurado y conmovedor
sobre el mundo estudiantil, que tras su apariencia de sencillez y nostalgia encierra
todo un drama adolecente enfocado con soltura y gracia. Los personajes se tornan universales y los temas que toca son
variados y serios, nada exclusivos de la juventud: la homosexualidad, la discriminación,
el bulling, las drogas, etc. En suma, una
película entrañable para todos los públicos, cuyos discursos e imágenes se
harán perdurables en el tiempo, heredera de clásicos como “El club de los
cinco”, “la chica de rosa”, “la sociedad de los poetas muertos”, “Fucking Amal”,
entre otros.
THE PERKS OF BEING A WALLFLOWER - ESCENA DEL TÚNEL