Divines es la opera prima de la realizadora franco-marroquí Houda Benyamina, y viene a ser un retrato de la marginación, la desigualdad y los excesos de una generación de inmigrantes asentados en Europa desatendida y con pocas oportunidades, todo, narrado desde la mirada de una adolescente y su mejor amiga. Los protagonistas son un grupo de chicos que viven en medio de la violencia y buscan redimirse a través de las drogas y el dinero fácil. Si bien la película tiene un valor artístico incuestionable funciona a la vez como una crónica sobre una juventud descarriada y anónima aunque vital.
En la película Dounia (Oulaya Amamra) es una
adolescente conflictiva y enérgica, que vive en un gueto a las afueras de
París, junto a su madre, una mujer inmadura y alcohólica y algunos amigos. Su
mejor amiga, Maimouna (Déborah Lukumena)
es una joven negra que vive con su familia musulmana. Ambas huyen de las
mezquitas constantemente, se divierten y buscan pasar el rato lo más lejos de
sus familias. Dounia va a la escuela pero siente que pierde el tiempo ya que lo
único que le interesa es el dinero, incluso se lo hace saber a una de sus
profesoras cantándole “Money, money, money” en plena clase. Ella no piensa en el mañana, lo suyo es el ahora. El futuro es totalmente incierto y no vale la pena.
Conforme avanza la historia nos
damos cuenta que Dounia no sólo es áspera y fría sino que puede llegar a ser
una chica muy tierna y sexi. Ella se inicia como distribuidora de drogas y
logra compenetrar con Rebecca, la
mujer que lleva el negocio y que reconoce su valentía desde un inicio (“sí que
tienes clítoris, bien hecho”), a la vez que reemplaza el papel “motivador” e
“instructor” del padre o del maestro
ausente (“golpeas primero y luego acaricias”, le dice mientras le apunta con
una pistola). Esta relación le trae buenos
momentos aunque todo se pondrá de cabeza
cuando Dounia intenta traicionar su confianza.
Un capítulo aparte merece la historia
de la protagonista y Djigui (Kevin Mischel) un joven y apasionado
bailarín a quien ella observa a lo lejos cada vez que puede cautivada por su
físico sudoroso y la gracia de sus movimientos. Ambos conectan desde un inicio
y se enamoran. Lo suyo es una relación tensa, vehemente y espiritual. Ambos
se complementan; Dijgui danza a la perfección cuando Dounia le observa
sigilosamente y ella se abre como una rosa, se vuelve inmune a todo, dulce y frágil
cada vez que agita su hermosa cabellera sólo en presencia de Djigui. “Todo está listo para el espectáculo,
¿vendrás?” le pregunta él dándole un beso, “ahí estaré”, responde ella, dando
inicio al fatídico final.
DIVINES TRAILER